Existe una gama relativamente amplia de betunes asfálticos que se pueden emplear en distintas aplicaciones relacionadas con los pavimentos. En esta serie de entradas se dan unas indicaciones para elegir el betún más adecuado a cada caso; en definitiva, se trata de conocer el campo específico de aplicación de cada uno de ellos. Esta primera entrada está dedicada a los betunes asfálticos convencionales empleados en la fabricación de mezclas bituminosas.

Para estos betunes asfálticos 'convencionales', habitualmente denominados 'de penetración' debido a que tradicionalmente se ha realizado su clasificación elemental y su denominación en base a este parámetro de medida de su consistencia, las directrices para la elección del más adecuado son bien conocidas y sencillas; en lo que respecta a la fabricación de mezclas bituminosas, por lo general se emplean betunes de mayor consistencia (más 'duros') en las zonas más cálidas, en pavimentos diseñados para mayor intensidad de tráfico pesado, y en las capas superiores del pavimento. Independientemente de los valores especificados para cada betún que se indican en lo sucesivo en este artículo, estas directrices son válidas en cualquier ámbito con carácter general.

En cualquier caso, para seleccionar el tipo adecuado para una determinada aplicación, es imprescindible conocer las propiedades de los betunes y qué características de los mismos son deseables para dicha aplicación en concreto. A estos efectos, es especialmente relevante conocer las especificaciones de cada tipo de betún en cuanto a penetración (medida de la consistencia), punto de reblandecimiento, punto de fragilidad y resistencia al envejecimiento. Efectivamente, como ya se puede intuir, la elección y los parámetros que afectan tienen que ver con el cambio que experimenta el betún con la temperatura.

El betún, a altas temperaturas, se comporta como un fluido viscoso, y a bajas temperaturas como un sólido frágil; esto hace que cuando el pavimento se encuentra próximo a la temperatura de reblandecimiento del betún, la mezcla comience a perder estabilidad, y cuando es próxima a la temperatura de fragilidad Fraas, pueda fisurarse.

En la siguiente tabla se indican las especificaciones que han de cumplir, según el PG-3, los betunes asfálticos.

Como puede verse, la consistencia del betún y el punto de reblandecimiento están de algún modo relacionados para los betunes de aplicación en pavimentos: los de mayor consistencia (menor penetración) presentan temperaturas de reblandecimiento más altas. Además, presentan un mejor comportamiento al envejecimiento (menor incremento en el punto de reblandecimiento y mayor penetración retenida).

Es necesario señalar, una vez más, que las características del betún que se deben tener en cuenta, a efectos de los estudios de comportamiento del pavimento, son las correspondientes al betún después de los ensayos de resistencia al envejecimiento, dado que estas son las propiedades que cabe esperar después de la fabricación y puesta en obra de la mezcla bituminosa (o de la unidad de obra considerada).

En cualquier caso, la elección de uno u otro betún deberá justificarse en función de los requerimientos que exija la aplicación considerada y de las correspondientes características del ligante:

- 15/25: son betunes de muy baja penetración (muy alta consistencia), cuyo empleo en pavimentación es adecuado, y casi exclusivamente restringido, para la fabricación de mezclas de elevada rigidez (alto módulo).

- 35/50: se trata de un betún de baja penetración y con un punto de reblandecimiento relativamente elevado, por lo son adecuados para su empleo en zonas cálidas y en capas superiores del pavimento, para evitar, como ya se ha indicado, la aparición de deformaciones plásticas. En cambio, hay que tener en cuenta que las mezclas con este tipo de betún son extraordinariamente rígidas, y además alcanzan su punto de fragilidad Fraas a temperaturas relativamente altas, por lo que no son adecuadas para zonas frías ni en capas delgadas sobre soportes deformables.

- 50/70: tradicionalmente, este ha sido el betún más empleado en España y el que podría considerarse como ligante 'de uso general' en casi todos los proyectos. Es un betún de consistencia y punto de reblandecimiento intermedios, que permite la fabricación de mezclas bituminosas que se comportan de un modo que podríamos calificar como 'suficiente' en casi todos los casos, presentando propiedades 'de compromiso' entre estabilidad y flexibilidad.

- 70/100: un betún 'blando', de reducida consistencia, y buen comportamiento a bajas temperaturas, que proporciona mezclas de alta flexibilidad, adecuadas para zonas frías y pavimentos de reducido espesor para tráficos ligeros, que habitualmente se construyen sobre soportes deformables. Dicha flexibilidad mejora el comportamiento a la fatiga.

Las especificaciones para la Red de Carreteras del Estado, a través de los correspondientes artículos del PG-3, indican la gama de betunes asfálticos que se pueden emplear en la fabricación de mezclas bituminosas, en función del tipo de mezcla y de la capa a que se destine, de la zona térmica estival en que se encuentre y de la categoría de tráfico pesado.

En las siguientes tablas se indican los betunes que, según dicho Pliego, se pueden emplear en la fabricación de mezclas bituminosas en caliente tipo hormigón bituminoso. Como puede verse, los betunes más empleados en España en la Red de Carreteras del Estado son los 35/50 y 50/70, y se siguen las indicaciones generales puestas de manifiesto en esta entrada.



Hay que tener en cuenta que el Pliego indica explícitamente que para las categorías de tráfico pesado T00 y T0, en las mezclas bituminosas a emplear en capas de rodadura se utilizarán exclusivamente betunes asfálticos modificados.

Por otro lado, también hay que señalar que las Normas 6.1-IC "Secciones de firme" y 6.3-IC "Rehabilitación de firmes" establecen que para las categorías de tráfico pesado T00 a T1 se emplearán las mezclas bituminosas discontinuas en caliente tipo BBTM B o bien las drenantes, según las condiciones pluviométricas y de intensidad de la circulación.

Merecen especial atención aquellos casos en que se ofrece la posibilidad del empleo de varios betunes; pudiera parecer que dichos betunes son equivalentes, y su empleo indiferente, de modo que lo más probable sería que el ingeniero eligiese de entre ellos el más barato, o, creyendo quedar del lado de la seguridad, el más 'duro'. Esto es un error, dado que, como se ha dicho, se deberá elegir el betún, dentro de la gama permitida, que mejor se adapte a las necesidades de cada caso particular.

Aunque el Pliego también permite el uso de betunes de penetración para la fabricación de mezclas drenantes y discontinuas para capas de rodadura, en tráficos medios y ligeros, bajo mi punto de vista en estas mezclas sólo deben emplearse betunes modificados con polímeros, cuyo estudio será objeto de una entrada posterior. Por otro lado, se incluyen las especificaciones correspondientes a la propuesta de modificación del artículo 542 del PG-3, que presentan algunos cambios respecto a la redacción actual dada en la OC 24/2008.

Por supuesto, estos betunes tienen otras aplicaciones dentro del campo de la pavimentación más allá de la fabricación de mezclas bituminosas (riegos con gravilla, reciclado, etc.) que serán tratados en entradas posteriores de esta serie.

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